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La fórmula secreta de Antonella Sigala

La cantante chilena de jazz sorprende con su versión para el clásico del reggaeton Llamado de Emergencia, original de Daddy Yankee.

Captura del videoclip "Llamado de Emergencia". versión de Antonella Sigala.
Antonella Sigala

Cantante, compositora y figura destacada del jazz chileno actual, Antonella Sigala ha desarrollado una carrera que cruza elegancia, teatralidad y una vocación profunda por rescatar el espíritu festivo y popular de las primeras décadas del jazz. La artista ha sorprendido recientemente con una osada versión jazzística de Llamado de Emergencia, el clásico reggaetón de Daddy Yankee. El tema, interpretado desde una mirada estética y narrativa inspirada en el cine negro, se integra a su universo creativo iniciado en el EP Mi Decisión y consolidado en su álbum Cine Noir (2024).

En esta entrevista, Sigala reflexiona sobre su vínculo con el swing tradicional, su exploración de la figura de la femme fatale, la reinterpretación de géneros populares desde los códigos del jazz y su admiración por artistas como Mon Laferte o Billie Holiday. También repasa su alianza musical con figuras de Los Bunkers y Los Tres, y su reciente incursión como directora audiovisual. Con una mezcla de humor, lucidez y pasión por la música, Sigala confirma que el jazz sigue siendo un espacio fértil para la reinvención y el cruce de lenguajes.

Vamos a conversar ahora sobre una experiencia que llama bastante la atención porque eres tú, como cantante de jazz, haciendo la versión de un reggaetón clásico, Llamado Emergencia, de Daddy Yankee. ¿Cómo llegas a tomar la decisión de “voy a tomar esta canción y la voy a llevar a estos otros códigos del jazz”? 

Sí, se juntaron dos inercias. Uno, que he estado explorando cómo llevar elementos del swing o del jazz tradicional a la música popular y siempre lo he hecho, o sea, al menos en mi último disco (Cine Noir, 2024) lo hice con mis composiciones. Y siempre he tenido la intriga de cómo reforzarlo aún más, cómo dar a entender mi sello artístico. Y en paralelo, yo me inicié en la música cantando con una banda de jazz tradicional llamada la Old Fashioned Jazz Band. Y bueno, ahí tenemos un show que trata de acercar el jazz a la gente, entonces conversamos mucho sobre lo que era el jazz en esa época, cómo se percibía. Y tengo un colega que siempre le gusta decir que era el reggaetón de la época. Entonces en la presentación él explica que el jazz era la música de las fiestas, era la música controversial. De hecho, se grabó por primera vez 20 años después de que fue creado el jazz, porque nadie se atrevía a grabarlo, nadie quería destinarle recursos, lo encontraban como muy controversial. De hecho, dice en la presentación “esta próxima melodía que vamos a interpretar es como la ‘Gasolina’ de la época”. Y la gente se hace como una visión, tipo “ah, este es como el hit supremo” y partimos cantando este swingcito así súper rápido. Y ahí bueno, después de una presentación con ellos, llegué a mi casa y dije “así que el jazz realmente era el reggaetón de la época”.

Me senté al piano y quise jugar cómo sería llevar un reggaetón al lenguaje de este género. Me senté ahí y elegí Llamado Emergencia, porque es un clásico y sentí también que tenía la letra más atemporal, no tiene tanta jerga, entonces realmente si uno la toca acústicamente podría perfectamente ser una canción muy universal. Y empecé a jugar, subí el resultado a mis redes sociales, a mi Instagram, a historias, y causó muy buena recepción.

Y de hecho puse en tono de broma “reversionando clásicos de los años 20”. Como a ver si alguien se daba cuenta. A la gente le gustó mucho y justo también iba a empezar con la gira presentando mi disco Cine Noir, y quería incluir un cover en el setlist. Y dije, “¿por qué no hago Llamado Emergencia?” Es algo que la gente no va a esperar, me intriga, y así que ahí llamé a uno de los músicos con los que trabajo, que toca en la banda que me acompaña como solista, y le presenté la idea, le mostré lo que había hecho, los cambios, y lo seguimos explorando. Y luego subimos a todos los otros músicos de la banda y se creó la versión que pueden escuchar.

Hacer un cover, llevar una canción de un lenguaje a otro, o de un estilo a otro, también implica hacer una disección, como una especie de autopsia de la canción que vas a cubrir para poder separar sus partes. Supongo que hiciste eso con Llamado Emergencia ¿Qué descubriste en la canción?

La escuché harto y me sorprendió el nivel de producción. Es una producción como muy “dosmilera”, en el sentido de muchas capas, con muchas cosas sucediendo, y me impresionó en muy buen sentido. Es una canción que generalmente escuchaba en fiestas, entonces no me había detenido a escucharla con audífonos. Y bueno, por otro lado, la letra tiene varias cosas que yo encuentro muy poéticas, muy interesantes, que también permiten mucho jugar con el imaginario. Luego, con la versión que pude hacer, le di otro vuelco desde la letra. Justo juntándolo con esto del cine noir, La femme fatale, y pensé que, claro, ahora la letra podría tener este giro de una mujer que llama a emergencia por el esposo que ella mismo mató.

Claro, tuve que disectarla en varios sentidos, porque tiene mucha letra. La canción es rápida, mi versión es mucho más lenta, entonces tuve que sacar varias cosas y también hacer ajustes con la melodía para que tuviese una versión más propia al final.

¿Descubriste algo que no habías visto en el reggaetón, más allá de la producción? ¿Qué destacarías artísticamente del reggaetón?

Yo creo que el uso, por ejemplo, algo muy entretenido de la canción es que tiene mucho contraste, distintas estructuras. Tiene muchas partes distintas, entonces te mantiene así entretenido toda la canción. Encuentro que son composiciones muy creativas, del artista fluyendo, entregando muchas melodías distintas. Pasan muchas cosas en la canción, en la lírica también, cambian los puntos de vista, como que pasan hartas cosas.

Bueno, son trabajos bien colectivos también. Hay muchos productores involucrados más allá del puro artista.

Sí, de hecho, creo que son tres compositores.

Ahí hay un cambio importante en la forma de abordar la música pop que parte con el reggaetón y luego sigue hasta el día de hoy con el trap y otros géneros, con una idea distinta de quién es el autor.

Claro, sí, total. Y eso permite que la canción vaya para muchos lados y también fue un desafío generar esos contrastes desde el lado del jazz, porque en este caso no teníamos la producción, sino que con los cinco músicos, cómo hacíamos todos estos contrastes, estos efectos y logramos sostener la canción como ese himno. Se sostiene. Entonces, era un buen desafío.

Ve aquí el clip de la versión de Antonella Sigala para Llamado de Emergencia:

Antonella Sigala y su debut en la dirección

Ese giro que le diste a la letra, que la que está haciendo el llamado de emergencia es una mujer que acaba de asesinar a su marido, lo llevas al videoclip del tema, que tú codirigiste y es tu debut audiovisual también.

Sí, tenía muchas ganas de entrar en el mundo audiovisual. Creo que artísticamente, al final estamos siempre buscando expresarnos de distintas formas y cuando hice la versión y la compartí con la banda, de inmediato se me vino el video y como venía estudiando muchísimo a la femme fatael, a la mujer fatal, esta figura controversial, pero elegante, sentía que tenía mucho sentido. Y también en el relato de mi show en vivo Llamado de Emergencia viene justo después de una canción que habla sobre un acto criminal. Me hizo mucho sentido darle ese giro.

¿Y cómo fue dirigirlo?

Lo codirigí con Vicente Bustos. Es un colega con el que ya llevamos varios videos trabajando juntos, yo desde la producción, él desde la dirección de fotografía y ahora nos animamos a dirigir juntos. Y fue una experiencia muy realizadora, quedé muy contenta. Obviamente es muy demandante y conlleva, en mi caso, acercarme al lenguaje técnico, aprender sobre todo y poder comunicarme bien con todas las personas que se involucran en el rodaje.

Sin embargo, el resultado es súper satisfactorio, porque ver en la pantalla lo que uno se imagina. Muchas veces, en mi caso, doy la idea y tengo hasta la última reunión como para tratar de explicarles a los directores lo que quiero hacer, pero a la hora del rodaje yo nunca veo el monitor, entonces me entero después, en el montaje, cómo fue que quedó todo. Afortunadamente siempre he trabajado con artistas y directores en los que confío plenamente y admiro muchísimo. Es lindo ese ejercicio de ver qué aportan los directores desde su punto de vista y en este caso tenía tan grabada cómo quería que fuera en estudio, con ciertos colores, con las distintas representaciones de una femme fatale, también el desafío actoral, ya que es un video de un personaje, entonces es como un monólogo. Quería mucho que fuese así y estoy muy contenta con el desafío y el resultado.

Luego de Llamado de Emergencia ¿estás pensando en hacer versiones de canciones que vengan de otros mundos y llevarlas a los códigos del jazz?

Sí, quiero seguir explorando este ejercicio. Más que nada porque me inicié en la música como intérprete, entonces siempre mi aproximación a la música fue cantar a otras personas. O sea, en el jazz canto a otros compositores y el desafío para mí siempre ha sido ¿cómo lo hago a mi forma?, ¿qué estoy aportándole yo a esta canción? Entonces me siento muy cómoda, me encanta ese ejercicio. El jazz al final se trata de eso, de improvisar y ver qué sale aquí del cerebro. Me gustaría grabar algunos de mis covers de jazz más típicos, que no los tengo. Por otro lado, visitar el bolero, que lo visité desde la autoría y siempre en mi carrera lo he estado cantando, poder tener una versión propia de algún bolero que me guste. Me gustaría también alguna reversión con música chilena. 

¿Música chilena folclórica popular, rock?

Yo creo que me gustaría algo más rockero.

El regreso de la Femme Fatale

Mon Laferte acaba de anunciar un disco nuevo que también tiene como figura central a la femme fatale. Tú estás incursionando en ese referente estético y cultural con el disco Cine Noir, también con Llamado de Emergencia. ¿Sientes que hay una sintonía? Además, estás declarado muy admiradora de Mon Laferte.

Sí, soy completa fanática. De hecho, justo el 11 de mayo, sábado, estaré realizando un homenaje en Valparaíso a Mon Laferte. Soy muy fan. Me llamó muchísimo la atención el anuncio (del nuevo disco de Mon Laferte). Me gusta sentir que varios artistas estamos incursionando en esto y ver qué sale de ahí. Creo que el jazz tiene muchísimo que ofrecer, muchísimo que enseñarnos siempre.  Y bueno, como gran fanática, siempre muy expectante a lo que va a ser la muestra de su percepción de lo que es ser una femme fatale. Ella súper es una femme fatale. Entonces me hizo mucho sentido también.

¿Y por qué crees tú que hoy día, en 2025, resulta atractiva esta figura que que viene de las novelas negras de los años 30, 40, del cine negro también?

También igual me llama la atención mi aproximación al personaje. Viene, claro, porque vengo cantando jazz hace mucho tiempo y cuando veía películas de la época con los soundtracks, aparecía mucho. Y me gustaba que como que nadie la conociera mucho porque era como “ah, la voy a dar a conocer”. Es un personaje muy clásico en todo el mundo, pero sentía que era algo a mostrar. Por otro lado, creo que hay algo interesante del personaje que es mezclar esto de la elegancia, pero no dejar el empoderamiento. A mí lo que me gusta de la femme fatale es que es una mujer muy vulnerable al final. O sea, tiene todo este empoderamiento y se atreve a hacer las cosas, pero al final de cuentas el mundo siempre le gana, ya sea el patriarcado o lo que sea. Como que no le resultan las cosas, por eso se llama cine negro.

Y es medio trágico.

Es trágico, es trágico. Y es verdad que no siempre las cosas salen bien y creo que esa sensación de que al final le importa el empoderamiento, como esa impotencia, yo me identifico mucho y me gusta trabajar desde ahí. O sea, con el realismo del mundo, ¿no?

También, por ejemplo, está el fenómeno de Laufey, esta cantante que es viral en TikTok así con todo el público de 18 años y que se presenta en alguna filarmónica y hace arreglos de jazz y clásico con sus canciones.  Entonces, es como lindo. Creo que hay una retromanía al final.

Hace una década Lana del Rey instaló esta imagen de alguna manera, con otro género musical pero con esas mismas referencias visuales.

Completamente. Ella también es muy femme fatale. Sí, sí. De hecho, he ocupado a Lana del Rey como un referente a lo largo de mi carrera. Yo creo que al final las artistas que de alguna forma nos inspiramos en los géneros tradicionales, puede ser el bolero, puede ser el jazz, eventualmente llegamos a estos personajes del cine de esa época, de lo que se escuchaba en esa época. Entonces, claro, sin duda fue la influencia.

Y se descubre ahí como una cuestión como bien potente de feminidad, ¿no?

Sí, a mí me gusta mucho porque es como te decía, este empoderamiento muy elegante y al mismo tiempo muy femenino. No sé, son mujeres muy inteligentes, muy ladinas. Eso me gusta.

Referentes, ídolos y amigos

¿Y quiénes son tus cantantes de jazz más inspiradoras?

Mi gran musa, yo creo que por siempre va a ser Billie Holiday. Ella demuestra que la vulnerabilidad al cantar, el sello propio es lo que más importa. Muchos podrían debatir quién era una cantante así como súper dotada, pero al revés. De hecho, en contraparte, Chet Baker es también mi gran, no sé, lo amo. Ambos comparten esa característica que no es la virtuosidad en técnica, sino que tienen muy buen gusto al cantar, al improvisar. Tienen una conexión, se nota al menos, yo siento que tienen una conexión muy sincera con lo que quieren decir, hacer. No hay una pretensión, sino que simplemente expresarse a su forma. Yo eso lo admiro mucho y me inspira a la hora de buscar mi sello. Y por supuesto que Ella Fitzgerals es como… Creo que todas las cantantes en algún momento tenemos que sentarnos a escucharla y aprender de ella. Es una genia. Y Louis Armstrong, yo sé que son los más clásicos, pero sin embargo por algo lo son.

Justo ahora estoy preparando unos shows que se van a hacer en Santiago, los We Call It. Así como los Candlelight. Bueno, llega también a Chile unos conciertos llamados We Call It, que son unas muestras de cierto estilo. En otros países existe el We Call It Flamenco, We Call It Tango, aquí existe el We Call It Jazz. Y voy a estar a cargo de esa producción. Y es una muestra que dura una hora, es como muy obra de teatro, que hace el recorrido del jazz en el tiempo, desde Nueva Orleans hasta lo más contemporáneo. Y ahí tenemos que estudiar a la pata a Louis Armstrong y volver a escucharlo es realmente... Tiene como la esencia del lenguaje. Tiene eso también lúdico, que yo rescato mucho del jazz tradicional, porque es verdad, a lo largo del tiempo el jazz se fue academizando y se fue separando de la gente. Y tenía este origen que era muy popular de la improvisación, del juego, de molestar a la gente. Creo que Louis Armstrong como que lleva esa esencia del juego y de todo lo que es el jazz. Y que también lo transmito de cierta forma.

Y tú te mueves en un estilo de jazz que es previo a esta intelectualización que podría partir como del bebop para adelante.

Completamente. De hecho, claro, mucha gente cuando se me asocia al jazz piensan que hago como Coltrane cantado, no lo sé. O sea, algo súper, mucho más moderno y al revés.

Te mantienes en el ámbito del swing, de las orquestas.

Sí, de hecho, hoy en día ya le digo swing pop porque siento que el jazz ya se lo quedaron los modernos. Está bien, quedémonos con el swing nosotros. Me gusta todo lo que pasaba a inicio de siglo.

También desde antes, a fines de 1800 que estaba el blues, no como el blues rockero que nos imaginamos sino que el blues como rural, gospel, Bessie Smith y la Ma' Rainey y la Big Mama (Thornton), como todas esas que cantan estas melodías cristianas y súper sentidas y después eso evolucionó, claro, al jazz. Porque empezaron ahí, en Nueva Orleans. Era un puerto al que llegaban instrumentos de aquí, llegaba el banjo de África y las trompetas de Europa y como que “¡pá!”, entre todos empezaron a improvisar y a crear esto que es el jazz. Pero claro, me gusta ese swing de inicio de siglo, como orquestado, súper, con estos arreglos, también con su dosis de improvisación, juego.

Tiene que ver con la fiesta, ¿no?

Completamente, de hecho.

Como de compartir con otros.

Sí, de hecho, yo siento que las presentaciones que realizo con la Old Fashion Jazz Band, siempre hay gente bailando, llegan los swingtiagos (de la escuela de baile swing Swingtiago) siempre a danzar y cantamos el feliz cumpleaños así como versión jazz. Toda la gente va a bailar, es una fiesta, o sea, de nuevo, como que yo insisto muchísimo en que es una música que nació en un ambiente popular. Todos podemos conectar con eso y me da pena como cuando se ha sentido tan lejos, siendo que es un gran panorama para todos, sí, realmente.

Tu EP debut es interesante porque además ahí se generó que coincidieran músicos de bandas de Concepción que no habían coincidido Francisco Molina, baterista de Los Tres, con Mauricio Durán, de Los Bunkers.

Sí, Mi Decisión, que es la primera canción que lancé, se convirtió sin querer queriendo en algo así como un hito porque en una misma canción está efectivamente Pancho Molina de Los Tres y está Mauro y Durán tocando el contrabajo, también está Camilo Salinas en el piano es como una all star band. Era en pandemia. No era como que nos encontramos en el estudio sino que todos fueron aportando desde distintos lados. Se dio al final esta super banda. Con Pancho Molina, soy muy fan de él como persona y como músico seguí, trabajando con él. Él grabó todas las baterías de Cine Noir.  Fui a Concepción, me quedé en su casa y grabamos todo lo que es la sección rítmica y después nos lo trajimos

Ha tenido una carrera en el jazz durante casi el mismo tiempo que se ha dedicado a Los Tres y al rock.

Sí, y me encantó esa conexión que pudimos tener, porque claro, hablábamos de esta dicotomía, que los dos somos como Hannah Montana entre el pop y el jazz entonces él claro, tenía todo este lado y en verdad es un gran promotor del jazz en Concepción. Pude ir a verlo y jammear con él una presentación que tenía en un bar allá, y es precioso lo que hace de convocar a la gente de pasarle las baquetas a los niños para que toquen. Por eso él también tiene su estudio allá y nos dijo “vengan para acá a grabar, hasta cuándo los de Concepción yendo a Santiago”. 


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