
Disney no es una principiante si hablamos de demandas y problemas judiciales. La casa del ratón Mickey ha estado en todas las posiciones, desde la víctima, hasta el victimario, pero siempre ha salido ileso. Una obviedad si nos ponemos a pensar en la cantidad exorbitante de dinero que tienen.
Este año 2025, algunas cosas cambien. Las batallas legales de la empresa dueña de la infancia de muchos, no es una de ellas. Esto debido a una demanda que acusa a Disney de plagiar aspectos muy puntuales de una reciente y exitosa producción, supuestamente, original.
El supuesto plagio de Disney
Disney ha sido objeto de una demanda por derechos de autor. En esta se alega que la popular franquicia de Moana fue copiada casi en su totalidad. Supuestamente, de un guión de hace décadas sin el consentimiento del escritor.
En una demanda revelada por Entertainment Weekly que se presentó el viernes, el animador Buck Woodall afirma que la ex directora de desarrollo de Mandeville Films, Jenny Marchick, violó sus derechos de autor al pasar en secreto a Disney materiales que produjo de forma confidencial para ella hace dos décadas. Ese material, alega Woodall, se convirtió en Moana y Moana 2.
Un fallo judicial del pasado noviembre impidió que Woodall presentara una demanda idéntica contra la película original de 2016 porque la presentación habría llegado demasiado tarde. Aunque la demanda de Woodall presentada el viernes contiene numerosas acusaciones sobre la primera película de Moana, la esencia de su argumento se centra en la secuela que se estrenará en noviembre de 2024.

La demanda de Woodall alega una "empresa fraudulenta que comprendió el robo, la apropiación indebida y la explotación extensiva de los materiales protegidos por derechos de autor", encabezada por Marchick, quien ahora es director de desarrollo en DreamWorks Animation.
Los argumentos de la demanda
El demandante afirma que entregó a Marchick "cantidades extremadamente grandes de propiedad intelectual y secretos comerciales" relacionados con un proyecto llamado Bucky y Bucky the Wave Warrior esto habría tenido lugar entre 2003 y 2008.
Dichas cintas y sus ideales nunca se desarrollaron. A pesar de aquello, Woodall afirma que Marchick pudo pasar sus materiales a la casa de animación, explotando lagunas legales inherentes a la elaborada estructura corporativa de Disney.
Según Woodall, el proyecto Bucky no solo se convirtió en Moana sin su consentimiento, sino que también siguió sirviendo como base para Moana 2. Con esto se agravaría la falta de ética a la que acusa a Disney.
La demanda enumera una serie de similitudes entre el guión no desarrollado de Woodall y Moana y Moana 2. Al igual que Bucky, la primera película sigue a un adolescente en un viaje en una canoa a través de las aguas para salvar la tierra.

Presenta la creencia polinesia en ancestros espirituales que se manifiestan como guías animales. Un concepto prácticamente idéntico al de la película que tiene la voz de Dwayne “The Rock” Johnson.
Woodall reclama como indemnización de el 2,5% de los ingresos brutos de Moana, equivalentes a 10.000 millones de dólares, y una orden judicial que confirme sus derechos de autor y prohíba futuras infracciones.