¿Qué acciones concretas podemos realizar para combatir el cambio climático? ¿y qué podemos hacer que solucione los problemas que lo generan? El Príncipe William, junto con el apoyo del científico David Attenborough y la ONU, quiso darle énfasis a esta última pregunta y creó los Premios Earthshot en 2020, con la idea de promover a los proyectos que logren cambiar el estado actual del planeta Tierra. Esta vez, los más destacados fueron el programa de reforestación de Costa Rica y los cultivos de corales en Bahamas.
Como objetivo, cada año y durante 10, se entregará 1 millón de libras esterlinas a cada uno de las cinco iniciativas. Esto es aproximadamente US$1,3 millones ó 1.122.000.000 de pesos chilenos. El nombre de estos premios se inspira en el programa "Moonshot" del presidente John F. Kennedy, quien prometió llevar a Estados Unidos a la Luna en 10 años.
Pero además, la ceremonia tuvo invitados y jueces de lujo, los que también son influyentes en temas medioambientales. Entre los artistas que se presentaron estuvieron Ed Sheeran y Coldplay, mientras que algunas juezas fueron Cate Blanchett y Shakira. Se usó la electricidad generada por 60 ciclistas pedaleando, nadie voló en avión para llegar al evento en Londres, y se pidió que los asistentes "consideraran el medio ambiente" para vestirse.
Las ganadoras de este año
Existen cinco categorías en estos premios: proteger y restaurar la naturaleza; limpia nuestro aire; revive nuestros océanos; construye un mundo libre de residuos y soluciona nuestro clima. En el caso de la primera, se destacó la iniciativa de reforestación de la selva nativa que implementó la República de Costa Rica. El año pasado el país estuvo en los titulares por la excesiva tala de árboles, pero están revirtiendo esa situación.
En cuanto a la segunda, científicos de Takachar, en la India, crearon una máquina portatil que convierte los desechos de la agricultura en fertilizantes. Sobre la tercera, un grupo de amigos desarrolló tanques especiales en los que los cultivos de coral crecen 50 veces más rápido que en la naturaleza. Para la cuarta, la ciudad de Milán, en Italia, ideó un sistema de recolección y donación de alimentos no utilizados. Esto permitió atacar dos problemas: por un lado, el desperdicio de alimentos; y por otro, el hambre y la mala alimentación.
Finalmente, la última coniste en un diseño realizado entre Tailandia, Alemania e Italia para producir hidrógeno a través de la división de moléculas de agua. Este invento es el AEM Electrolyser, que impulsa el uso del hidrógeno como un combustible limpio.