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Teorías conspirativas: Psicólogos responden por qué las personas creen tanto en la conspiración

Internet y la pandemia han hecho surgir muchas teorías conspirativas que inundan de desinformación, pero tienen una explicación profesional.

conspiraciones

La pandemia que surgió a raíz del COVID-19 ha empujado a miles de personas alrededor del mundo a buscar nuevas explicaciones sobre la coyuntura. Estas a veces se desvían de tener respaldos lógicos o científicos. Al contrario, nacen las llamadas fake news (noticias falsas) o teorías conspirativas.

"Infodemia"

La Organización Mundial de la Salud, aparte de trabajar incansablemente para luchar contra la crisis sanitaria, describió este momento como una “infodemia”. Periodo en el que se entregan falsedades a las personas, y provoca una desinformación. La que puede ser peligrosa para seguir trabajando para la erradicación del virus.

Por ejemplo, cuando personas prendieron fuego a torres de telecomunicaciones 5G por haber leído en redes sociales que esta tecnología podía causar COVID-19; que si te inyectas una vacuna contra el virus te puedes morir, que una Fundación de Bill Gates y su esposa probó vacunas en niños de India y África, provocando miles de muertes y lesiones. También, cuando miles de seguidores del expresidente de Estados Unidos, Donald Trump, asaltaron el Capitolio del país acusando un fraude en las elecciones presidenciales de este año.

Debido a la pandemia, la crisis política y económica, manifestaciones sociales, y con las redes sociales inundándonos de información, es usual que las personas recurran a las explicaciones que ofrecen las teorías de la conspiración. Estas pueden provocar que las personas las crean de verdad y no puedan dejar de afirmarlas.

"No es sorprendente que se observe un repunte de las teorías de conspiración hoy en día", dice Karen Douglas, psicóloga social de la Universidad de Kent, Inglaterra. De hecho, una encuesta que hizo para la Kaiser Family Foundation afirma que más del 50% de los estadounidenses había sufrido más estrés durante la pandemia. En ella se concluye que las personas que se sienten inseguras en sus relaciones interpersonales tienden a agravar los problemas de la vida. Por esto, son propensas a creer en estas teorías.

¿Por qué creen en estas teorías conspirativas?

Estas estarían relacionadas con ciertos rasgos psicológicos que pueden poseer algunas personas. Los expertos dicen que cuando estas se aferran a este tipo de teorías, estas lo hacen a partir de ideas preconcebidas. De esta manera, se ajustan a sus propias necesidades. Necesidades que les piden sentirse únicos y necesitar certezas frente a lo que sucede a su alrededor.

Por ejemplo, el psiquiatra Joe Pierre escribió en el medio Psychology Today sobre cómo estas suposiciones inciden en los seres humanos y cuáles son algunos de los rasgos psicológicos de este tipo de personas. “La dura realidad es que obsesionarse con creencias de teorías conspiratorias tiene un potencial considerable de abrir una separación entre seres queridos que puede dañar irreparablemente las relaciones”, declaró.

De acuerdo con Pierre, las teorías de conspiración dan respuesta a preguntas sobre situaciones que a veces ellos consideran que no tienen explicaciones suficientes. Además, estas narrativas están argumentadas como secretos. Por esto, a las personas les llama la atención y se creen especiales por saber algo que el resto no conoce.

¿Qué dice la psicología sobre los que creen en conspiraciones?

Las personas que son más propensas a caer en las teorías de la conspiración, son las que sufren trastorno de ansiedad y depresión. Joe Pierre compara este tema con las creencias en cultos religiosos. “Investigaciones previas sobre los cultos han revelado que las personas que se unen a ellos tienen más probabilidades de presentar síntomas de ansiedad y depresión y suelen ser personas solitarias buscando afiliaciones grupales y emocionales”, comenta.

Es por esto, que las conspiraciones funcionan como un soporte emocional para otras personas y terminan creyendo en ellas.

El psicólogo social de la Universidad de Cambridge, Sander van der Linden, dijo a National Geographic que “la mayoría de las personas no cae fácilmente en ‘falacias’, pero cuando la desinformación ofrece explicaciones sencillas y casuales para acontecimientos que, por lo demás, parecen aleatorios, ayuda a restaurar una sensación de control para muchas personas”.

Por su parte, la psicóloga se refiere a un “narcisismo colectivo” o a la creencia exagerada. La que un grupo de personas puede tener sobre sus propios ideales y al narcisismo colectivo que se genera en quien lo padece. Esto provoca que se encuentren en una constante búsqueda de enemigos imaginarios, buscando teorías conspirativas para echarles la culpa.

La necesidad de convencer que "es racional cambiar de opinión"

Esta necesidad narcisista va aumentando cuando las personas fracasan en lo que habían leído o escuchado. “Para algunas personas, las creencias conspirativas son la mejor forma de afrontar la amenaza psicológica que supone su fracaso“, señala Marta Marchlewska, psicóloga social y política que estudia las teorías de la conspiración en la Academia Polaca de Ciencias en conversación con National Geographic.

También, afirma que “las personas que creen en las teorías de la conspiración suelen buscar un salvador. Alguien que las ayude a proteger a su grupo de los enemigos conspirativos”.

“A la gente no le gusta no saber cosas y a menudo se siente obligada a formarse opiniones sobre temas que no entiende. Para disuadir a las personas de aferrarse a creencias falsas, deberíamos fomentar la idea de que es racional cambiar de opinión cuando se nos presenta información nueva”, concluye Sander van der Linden. Con esto, se refiere a que se hace complicado hacer que una persona deje de creer en estas teorías.

A pesar de que algunos sepan después que estas son falsas, hay personas que suelen tener respuestas obsesivas y emocionales que se mantienen.

 


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