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Maite Alberdi y La Memoria Infinita: "Paulina me dice que esta película 'es un regalo de Augusto para mi'"

La Memoria Infinita ya se estrenó en cines, y Maite Alberdi conversó con Un País Generoso sobre cómo fue crear esta película.

Maite Alberdi La memoria Infinita
Getty Images / Captura

"La Memoria Infinita", se estrenó hoy 24 de agosto en cines, y ya ha emocionado a audiencias con su historia de amor entre Augusto Góngora y Paulina Urrutia, y para hablar del tema, Maite Alberdi vino a Un País Generoso.

En su primera entrevista en vivo desde el estreno del filme, la directora recordó cómo fue el proceso de cinco años de grabar el documental, y cómo fue el proceso de ver a la pareja a través de este viaje.

"Yo me siento a ver la película y lloro y me emociono cada vez" comenzó diciendo la directora. "Pero no asustemos a la gente, nadie quiere ir a llorar al cine. Es un llanto por la buena vida y envidia del buen amor también" dice Maite Alberdi.

Respecto al origen de este documental, cuenta que nació desde su propia idea. "Leí la entrevista de Augusto contando que tenía Alzheimer abiertamente y unos meses después me lo encontré en una universidad donde Paulina trabajaba. Y estaban en contexto laboral de la Paulina, y me di cuenta que ella lo llevaba al trabajo, y lo integraban y todos los que trabajaban con ella lo cuidaban también. Los vi muy enamorados y muy felices. Me pareció rarísimo esta decisión de integrar y ahí comencé a proponer la idea".

"La Paulina se negó hasta que la vio y finalmente fue Augusto el que la convenció" reveló la directora de La Memoria Infinita. "Desde el día uno él dijo 'yo quiero'. Hasta que un día estábamos almorzando muchos meses y le dice 'Paulina ¿qué te da vergüenza? ¿Que no pueda agarrar bien el tenedor? A mi no me da vergüenza. Yo he grabado a muchas personas que me han abierto las puertas de sus casa. ¿Por qué no voy a abrirlas y mostrar mi propia fragilidad?'" relató.

"La Paulina si bien es una persona pública, en general ha sido muy discreta hasta el momento del diagnóstico, muy reservada en su vida personal. Y le daba miedo exponerla, como tiene más conciencia de la cámara también, ese era su terror, que se estaba también mostrando ella".

Sin embargo, el trabajo se hizo fácil una vez comenzado. "Al mismo tiempo fueron entre las personas que he filmado en mi vida, de las más fáciles, que nunca tuve que explicarles qué era un documental y que no tenía que dar tanto contexto. Ellos la tenían clarita".

Cómo fue conocer a Augusto y Paulina en la intimidad

Durante los cinco años que filmaron, Maite Alberdi comenzó sin conocer a Augusto Góngora. Sin embargo con el documental pudo conocerlo bien. "Pese al Alzheimer, lo que vi era un cuerpo que siempre recordaba. Él no sabe cuántos años lleva con la Paulina pero tiene clarísimo quién es la Paulina, que es su amor. Hay cosas de esas relación que recuerda hasta el final. Como 'oye dí nuestra casa', como la Paulina se fue a vivir para allá, para él siempre era que la casa no la sintiera de él, sino nuestra".

"Sentí que la memoria era física" dijo Maite Alberdi. "Siempre lo vi contento y tranquilo porque está sintiendo que aunque no comunicara, la reconoció hasta el final y reconoció ese amor hasta el final".

La grabación fue bastante fácil para la directora, por el trasfondo de los actores. "Es una intimidad que se va construyendo de a poquito, que nos fuimos acostumbrando y ellos se van sintiendo cómodos con la cámara rápidamente".

"A mi me da risa, porque Augusto como siempre estuvo en la tele, nunca le daba la espalda a la cámara" recordó Maite Alberdi. "Los dos siempre supieron que la cámara estaba ahí, reconoció al equipo entendía lo que era la cámara. Porque si bien era alguien con Alzheimer, nunca hubo que explicarle qué es una cámara. Nunca tuvo esa duda".

El rol de Paulina Urrutia en La Memoria Infinita

"Yo creo que la intimidad de la película se logra no solo por los años que estuve con ellos y por la confianza que creé, sino que también porque la Paulina agarró la cámara.

"Mandé la cámara no con la intención de que fuera material que iba a resultar, sino como investigación hasta que yo volviera". Conforme avanzó la pandemia, la dinámica cambió. "Lo que hacíamos era como una especie de diario donde la Paulina grababa y me manda unos audios. Era una correspondencia entre las dos y una compañía para ambas esa cámara.

"Cuando pasó el tiempo, dimensioné la profundidad y la intimidad que tenía ese material. Y aunque tuvieras todo el acceso del mundo. Y hay cosas que pasan en una pareja que solo vas a lograr cuando estás solo.

"Para mí ese es el gran regalo de la película: Qué pasa con la gente cuando está sola y una pareja decide grabarse y deciden ellos mismo compartir".

Sin embargo, su lente de cineasta por un momento le impidió ver el verdadero valor del material. "Yo estaba obsesionada con el plano perfecto. Luchaba para que se entienda como cine". "Acá la cámara de la Paulina, lo único que le expliqué es como usar la cámara. Nunca aprendió, se ve pésimo, pero también le da algo. Y me di cuenta que sólo a mí me importa y lo único que importa hoy es la verdad y la emoción. Se ve pésimo pero es tan real, es tan lindo que uno lo agradece" agregó Maite Alberdi.

¿Cómo es Paulina Urrutia después antes y después del Documental?

"La Paulina es bien excepcional. No hay que plantearlo como algo de imitar, porque hay alguien que decide cuidar y lo disfruta" contó Maite Alberdi.

"Ella disfruta estar con él incluso en la enfermedad porque lo pasan bien. Primera vez que me pasa que voy a grabar una película donde en el papel lo están pasando mal y yo lo pasaba bacán. Es como cuando hay parejas que están bien y tú quieres estar ahí. Hasta los días finales de Augusto ella estaba bien, contenta, se querían. Eso lo irradian y esa es la Paulina." agregó

"Yo he visto a una Paulina que me dice 'Esta película es un regalo de Augusto para mi. Entendí la decisión de Augusto de hacer la película cuando la vi. Lo agradezco porque lo tengo vivo y entendí que sí tengo una historia de amor'. Creo que la película ha sido un lindo duelo para ella. Así como decide cuidar en conjunto como en sociedad y lo llevaba y lo integraba, el duelo también lo ha compartido gracias a la película".

La película ha sido una manera de afrontar el duelo y compartirlo, hablando abiertamente de cómo está viviéndolo y de recordar, que en realidad recordar es la mejor forma de vivir el duelo. Ha sido una linda excusa para vivir este momento" concluyó Maite Alberdi.


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