Noticias

Jack Johnson: "No tengo la presión de reinventarme en cada disco"

El músico conversó con Nico Castro antes de sus show en Chile.

Leer más... from Jack Johnson: "No tengo la presión de reinventarme en cada disco"

Hay artista cuya música difiere bastante de su personalidad. Nos pasó en la entrevista con Elena Tonra, de Daughter, que sonaba muchísimo más alegre que lo triste de sus canciones. Pero hay otros en que una conversación basta para cerrar el círculo y entenderlo todo.

La música de Jack Johnson (42) lleva a un estado de relajo inmediato. Es casi automática la sensación de que sale olor a bloqueador solar de los parlantes o audífonos, ¿cierto? Algo similar pasa cuando se habla con él, claro que con sustancia. Amable, pausado, pero con un discurso claro.

Todo en él apunta a buscar balances. Entre el surf -su mayor pasión hasta el día de hoy-, la música y su familia, su principal prioridad. Entre las canciones relajadas de amor y verano con las de mensaje político o medioambiental. De todo eso hablamos con él a días de su regreso a nuestro país. De los buenos recuerdos que guarda de acá, e incluso de cómo terminó su disco más exitoso en nuestras costas.

Rock&Pop: Jack, todavía está fresco el recuerdo de tu primera venida, en 2014. Pasó mucho tiempo antes de que vinieras a tocar, teniendo muchos fanáticos en Chile. ¿Por qué tomó tanto tiempo que pasara?

Jack Johnson: Sí, bueno. Había estado una vez antes, creo que en 2004, pero eso fue haciendo una película de surf. Es lo más largo que he estado en Chile. Nos quedamos como dos semanas, viajamos por la costa, surfeamos, hicimos amigos. Fue increíble estar ahí sin tocar y conocer bien el lugar. Luego, cuando vuelvo a tocar a un lugar con el que ya estoy más familiarizado siento que la experiencia es más rica.

Sobre por qué hemos tocado ahí una sola vez, la verdad es que no tengo una muy buena respuesta más que trato siempre de encontrar el equilibrio entre ir a lugares donde nos quieren escuchar, pero sin destruirme en el camino. Sudamérica en particular tomó mucho tiempo. Empezamos en Estados Unidos, luego Europa y Australia, y seguía recibiendo invitaciones para tocar pero no quería volverme loco. Creo que eso es, todo se trata de encontrar un balance en mi vida, pero estoy muy feliz de volver.

R&P: ¿Dónde estuviste exactamente en Chile? Hay mitos de que estuviste surfeando en Pichilemu y Arica. ¿Es verdad?

JJ: Sí, fuimos a esos dos, y también a otros lugares cuyos nombres no recuerdo. Fue mucho tiempo manejando. Llegábamos a lugares donde no habían olas ese día y seguíamos. También surfeamos en lugares donde nos llevaban los locales pero sin decirnos el nombre, casi como un secreto. Encontramos muy buenas olas en el camino, tengo buenos recuerdos. Pichilemu es donde más surfeamos y donde más tiempo pasamos.

R&P: ¿No tomaste tu guitarra nunca en ese par de semanas?

JJ: ¡Sí! La toqué mucho. Principalmente en el living y también escribí algunas canciones. Terminé la letra de una canción que se llama "Breakdown", que estuvo en mi tercer disco.

R&P: Ese disco fue muy popular aquí.

JJ: De hecho, el vídeo de la canción tiene imágenes de la película que hicimos ahí, que se llama A Brokedown Melody.

R&P: Y para ti, que has surfeado por todo el mundo, ¿son efectivamente de nivel mundial las olas de acá?

JJ: Sí, son de las mejores del mundo. Tienen muy buenos puntos de quiebre, que van hacia la izquierda. Cuando estudié en la universidad viví en California, y disfruté mucho de los puntos de quiebre de la zona de Santa Barbara. Son muy parecidos a los que pude surfear en Chile, pero yendo hacia la otra dirección.

R&P: Dicen que las dos costas son un espejo.

JJ: Totalmente, a mí me pareció igual pero al otro lado del Ecuador.

R&P: Hablemos sobre ese balance del que hablabas antes. Te tomaste un par de años de pausa antes de este nuevo disco, que es algo que sueles hacer seguido. ¿Qué estuviste haciendo en ese tiempo?

JJ: Cosas de gente normal. Estuve muy dedicado a las dos fundaciones que empecé. Con una nos dedicamos a hacer huertas para colegios y limpiezas de playas en Hawaii, y con la otra, la fundación Johnson Ohana, que damos apoyo a gente que hace cosas parecidas a nosotros como enseñar sobre medio ambiente o arte. Y luego lo normal también, cosas de papá, ¿sabes? Llevar a los niños al colegio o a su práctica de fútbol.

R&P: Debe ser difícil encontrar un balance entre tu vida y este hobby convertido en carrera como es la música para ti. ¿Cuando te diste cuenta de que se había vuelto una y que querías dedicarte a eso?

JJ: Siempre me gustó hacer música y siempre supe que iba a grabar para pasársela a mis amigos. Estuve haciendo eso por un rato, y cuando miro para atrás, ya llevaba mucho rato haciéndolo cuando me di cuenta de que estaba pasando. Estuve en estado de negación durante el primer año. Sentía que iba a ser una pausa de un año de hacer películas de surf y cosas así.

Debe haber sido un mecanismo de defensa para no dejarme llevar por la idea, incluso cuando abría los conciertos de Ben Harper. Aunque no lo creas, fue cuando estaba viajando a Australia. Ya había ido muchas veces a hacer películas, y cuando había que llenar el papelito en el avión con tu ocupación, siempre ponía "estudiante" para que no me cobraran los impuestos por llevar todas las cámaras y equipos para grabar.

Esa vez me quedé mirando el papel sin saber qué poner, porque iba a tocar en un festival de música. Casi pongo "estudiante" de nuevo, y me di cuenta de que voy a escribir "músico" mejor. Fue la primera vez y fue muy raro. Creo que ahí me di cuenta de que era algo que quería seguir haciendo y que me iba a comprometer a hacer. Me tomó un rato, ya tenía 27 años.

R&P: Y ahora, ¿cómo te refieres a ti mismo?

JJ: No suelo llamarme de ninguna forma, pero sigo escribiendo "músico" cada vez que viajo, pero creo que lo que más soy es papá. Cualquier persona que tiene una familia sabe que eso es lo primero. O al menos idealmente. Pero también me siento más surfista que músico. Eso es lo que hago todos los días. Puedo dejar la guitarra un par de días, pero todos los días trato de meterme al mar, aunque no haya olas. Ya sea a tirarme un piquero, ir a correr con mi mascota, llevar a mis hijos a buscar peces o lo que sea.

R&P: Sigamos con la música. Tienes un estilo muy particular y propio, tanto que uno reconoce una canción tuya de inmediato. Eso puede ser algo positivo, pero también una carga. ¿Cómo haces para evolucionar y no repetirte en cada disco?

JJ: No lo sé, la verdad es que nunca me he preocupado mucho de eso. Es un tema interesante, porque vivimos en una época en la que mucha gente cree que cada uno de sus discos tiene que ser algo nuevo o casi de un género distinto. Pero mucha de la música que me gusta a mí, como la jamaiquina o la de los viejos blueseros, y suenan todas parecidas. Puedo poner muchas grabaciones de Mississippi John Hurt seguidas sin aburrirme, y todas suenan a blues.

Lo mismo con Gregory Isaacs. Sabes de una que es él, pero hay algo de eso que me gusta. Seguir con una tradición y no cambiarla mucho. Al mismo tiempo, no quiero decir que trate de que todas las canciones suenen igual. Siempre estoy jugando con nuevos tonos y cosas para que no sea así, pero sin preocuparme mucho de la reinvención. Es divertido estar en el estudio y probar nuevos pedales, amplificadores o seteos, pero no me lo tomo con la presión de hacerlo.

R&P: ¿Tiene que ver con la forma en que partió tu carrera? Ser proyecto paralelo y en negación al principio.

JJ: Seguro que sí, eso debe tener algo que ver de todas maneras.

R&P: Sobre este nuevo disco, el que te trae a Chile, ¿es cierta la historia de que la inspiración vino de una banda sonora que estabas haciendo y que tenías un contrato de hacer un álbum cada dos años que no pudiste cumplir?

JJ: No, no fue así. He escuchado esa historia, pero creo que alguien la interpretó mal. Fue casi lo opuesto. He tenido la suerte de estar bien aconsejado desde el principio sobre no firmar contratos de más de un disco con nadie, que he aprendido que es algo raro, pero así lo hice. Nunca le he debido un disco a nadie y de hecho nunca he firmado un contrato hasta que tengo el álbum listo para salir. Así fue ahora.

Pero cuando empecé el proceso, pensaba que estaba haciendo demos para un disco que iba a empezar a hacer un año después, pero luego empecé a ir incorporando mejores micrófonos y traje a un amigo a ayudarme a grabar esos demos, algo que generalmente hago yo solo y obviamente suena muy bien. Nunca supimos si estábamos haciendo un disco o demos, pero al final decidimos sacarlo así, y de hecho terminó siendo un año antes de lo que pensé que sacaría uno, jaja.

R&P: Es interesante que el single de adelanto es una abierta canción anti Trump. ¿Crees que vivimos en un momento terrible para la humanidad pero bueno para hacer arte? ¿Te es más fácil en momentos complicados?

JJ: Sí, se habla mucho sobre eso y hay verdad en esas palabras. Yo manejo un espectro de canciones en cada disco y siempre he hecho algunas de orientación más política. Y también tengo algunas otras que son canciones más ñoñas de amor. Me gusta hacer de los dos tipos, ¿sabes? Algunas naces queriendo hacer reír a mi mujer y termina saliendo algo pegajoso y se queda. Ésas son las fáciles y las que hay que hacer cuando te sientas así.

Las otras toman más tiempo, aunque "My Mind Is for Sale" salió bastante rápido. Hice esta especie de corriente de conciencia y fue una de las pocas canciones en las que dejé todo lo que había anotado en el papel. Pero sí, creo que tienes razón. Es una forma divertida de ponerlo... "un momento terrible".

Lo veo como un momento frustrante, el de ver el liderazgo de nuestro país desmantelar todo lo que nos había costado tanto lograr, sólo con una firma de su mano. Y así poder ver el cuidado de nuestro ambiente en riesgo, o ver que nos salimos del Acuerdo de París. Al mismo tiempo lo veo como una oportunidad de que todos nos volvamos más activos y se pueda fomentar la participación local.

R&P: Perdona la ignorancia, pero de lejos puede ser difícil de entender. Como hawaiano, ¿qué tan frustrante puede ser cuando ni siquiera están en el mismo continente? ¿Se sienten aún más desconectados de un gobierno así?

JJ: Sí, creo que te puedes sentir desconectado estando a un océano de distancia. Y hasta ahora nuestro estado suele votar a los demócratas, somos más liberales. Por ejemplo, cuando Trump se salió del acuerdo climático, nuestro gobernador fue el primero en salir a firmar un decreto que decía que, como estado, nosotros seguíamos suscribiendo a él. Así y todo nos sentimos parte de Estados Unidos y es frustrante cuando ves que se toman este tipo de decisiones, como quitar el cuidado de salud a tanta gente que lo necesita. No importa en qué parte del mundo estés, hay que seguir teniendo empatía por la gente.

R&P: Por supuesto. Tengo una última pregunta, Jack. Éste será tu segunda presentación en Chile, así que quizás la gente todavía no ha escuchado todavía todos tus hits. ¿Estás preparando algo especial para Sudamérica o vas a enfocarte en el disco nuevo?

JJ: Terminando mezclando todo siempre. Yo mismo soy un fanático de la música, así que voy a muchos shows y conozco esa sensación de que, a medida que el catálogo se hace más grande, empiezas a echar de menos las canciones de los primeros discos. Se trata de buscar un balance. Tocamos algunas del disco nuevo, porque para nosotros es entretenido refrescar, pero también nos paseamos por las antiguos, sea canciones que tocamos siempre o algunas que no hayamos hecho hace tiempo.

R&P: Si me aceptas una recomendación, In Between Dreams es tu disco más grande aquí.

JJ: Oh, muchas gracias. Nos gusta complacer a la gente así que tocamos muchas de ahí. Ese disco me gusta especialmente. Es divertido porque nos dio la oportunidad de viajar y darnos a conocer.

R&P: Y ahora que sabemos que tiene una pequeña relación con Chile, hace más sentido todavía.

JJ: Mira, claro que sí. Seguro que si me pongo a pensar bien me acordaré de más canciones de ahí que salieron en Chile, porque estaba escribiendo varias letras en 2004 y el disco salió el año siguiente.


Contenido patrocinado