Noticias

Reseña: The Drums en Chile

Un espectáculo dinámico y alegre en el Club Chocolate. Por Consuelo Costas Fotos por Cristian Soto L. La banda de Brooklyn, con sus riffs sencillos y sonido claramente influenciado por el  post punk ochentero logró el fin último del indie: hacer bailar al público durante la hora y media que duró el show. El carisma

Leer más... from Reseña: The Drums en Chile

Un espectáculo dinámico y alegre en el Club Chocolate.

Por Consuelo Costas

Fotos por Cristian Soto L.

La banda de Brooklyn, con sus riffs sencillos y sonido claramente influenciado por el  post punk ochentero logró el fin último del indie: hacer bailar al público durante la hora y media que duró el show. El carisma de Jonathan Pierce y la completa revisión de sus dos discos –el primero homónimo y el segundo, Portamento- fueron la entrega precisa para la audiencia del espectáculo, conformada heterogéneamente por fans que coreaban todas sus canciones y otros espectadores que no consideraban necesario conocerlas para divertirse.

Pasando por hits de ambas entregas –“Let’s Go Surfing”, “Best Friend”, “Days” y “Money”-, la banda, que visitaba por segunda vez el país tras de haberse presentado en la Cúpula del Parque O’ Higgins en la primera versión de Lollapalooza, logró consolidar una atmósfera liviana y fresca, todo un logro si pensamos que entre sus influencias han sido citados exponentes bastante más oscuros como Joy Division o The Cure.

Tomar elementos retro con el objetivo de actualizarlos es el mayor atractivo de las bandas pertenecientes a la segunda ola del indie, como es The Drums. También es posible establecer diferencias entre su sonido en estudio y en vivo. Así, la música de The Drums puede parecer algo monótona en estudio mientras que en vivo esa impresión se transforma completamente. El valor de canciones que repiten muchas veces el coro es justamente ese: hacer que se sientan familiares aunque la estemos escuchando por primera vez.

La conexión del frontman con el público fue cercana desde el comienzo del show. Jonathan Pierce afirmó que los fans chilenos eran de lo más locos, y que éste había sido su concierto más largo de todo el tour. Cuando el show parecía haber terminado, la buena onda de los Drums nos sorprendió una vez más: volvieron para tocar dos temas; continuaron el ambiente festivo con “Book of Revelation” y terminaron bajando las revoluciones con el lento “Down by The Water”.

Un show entretenido y apto para fans y no tan fans en una locación perfectamente pensada para la magnitud del show y su público, hacen recordar lo cool de ver bandas que aún no consolidan su fama y que por esta misma razón entregan una energía más suave y cercana. De bar y no de estadio.


Contenido patrocinado