Cuando Taylor Swift anuncia algo, el mundo se detiene, y más aún cuando lanza un disco. O al menos esa es la impresión que da toda la promoción en redes sociales e incontables apariciones en la prensa. Por eso las expectativas están siempre muy altas.
Como ya nos tiene acostrumbrados desde la mala recepción que tuvieron los singles de Lover (2019), el nuevo disco llegó íntegro el mismo día, sin adelantos. Por lo que nos obliga a juzgarlo como un trabajo completo, todo al mismo tiempo.
Y las imágenes de las innumerables portadas alternativas y teasers en redes sociales presentaban la idea de un álbum con estética burlesque, y reflexiones sobre el superestrellato. Sin embargo, lo que hay en su interior es una mezcla de reflexiones profundas y chismes twitteros, con una producción relativamente discreta.
La dualidad de Taylor Swift en The Life Of A Showgirl
Lo que más resalta del decimosegundo disco de Taylor Swift es la dualidad que ocurre en sus temáticas. Algunas canciones como "The Fate of Ophelia", primer sencillo, usa la metáfora de Hamlet de William Shakespeare para relatar su experiencia conociendo a su prometido Travis Kelce y cómo la salvó de ahogarse en su melancolía.
Y la producción de Max Martin y Shellback es relativamente inofensiva, pero le entrega un ritmo bastante movido para comenzar el disco.
Sin embargo, la producción pop no fortalece al disco en algunos momentos. Lejos están los años de las producciones maximalistas y electrónicas como "We're Never Getting Back Together", "Shake It Off" o "Ready For It". Ese tipo de producción podría haberle entregado al disco
Esta vez Swift, Martin y Shellback optaron por canciones más simplificadas y sobrias, con un brillo más retro. Pero esa decisión deja expuestas las letras que, en algunas canciones, se leen más como respuestas a las quejas en X (Twitter) que escritos de una de las cantautoras más aclamadas del siglo.
Ejemplo de esto es "Actually Romantic", una suerte de diss track a Charli XCX. Sin duda esta será una de las canciones más discutidas de las 12 de este proyecto. Las letras serán polémicas, haciendo referencia al uso de cocaína de la cantante británica (del que ella misma habla en sus canciones), y dice que "le moja" que Charli hable tanto de ella con sus amigos.
Independiente de la relación entre las artistas, o que Taylor esté atacando a alguien por debajo de ella en el totem del pop, las letras tienen una profundidad muy distinta a otras del disco. Son menos metafóricas y narrativas, y más sin filtro.
Y es que cuando Taylor Swift canta al amor, o sus sueños, o a experiencias que la marcaron, el disco brilla bastante bien. Pero cuando le responde a los haters, o las redes sociales, el disco palidece.
Es un disco cuya estética pre lanzamiento prometía drama y cabaret, pero terminó entregando una mezcla entre chisme crónicamente online e historias narrativas. Todo bajo una producción correcta pero que no es lo suficientemente llamativa como para ser una explosión pop.
Quizá ese es el mensaje del disco, que la vida de una showgirl no es glamourosa, pero un disco pop sin glamour no es lo mismo.
Escucha el disco a continuación.
Sigue a Rockandpop.cl en Google Discover
Recibe nuestros contenidos directamente en tu feed.