Los casinos online están acaparando la escena del entretenimiento en América Latina, una región particularmente atractiva para las empresas internacionales del rubro que no se han topado con grandes obstáculos en su desembarco. O, al menos, han encontrado vías de inserción más sencillas comparativamente a otras regiones como, por ejemplo, el continente europeo.
Poco a poco, Argentina, Brasil, México, Colombia, entre otros, fueron abordando la materia mediante la emisión de leyes que encauzaran la explotación del juego online. Chile se ha quedado por fuera de este conjunto. El país ha avanzado con proyectos de ley para regular la creciente industria del juego y las apuestas en línea, pero se ha quedado a medio camino.
Los chilenos deben identificar por sus propios medios aquellos operadores que sean seguros, es decir, que estén avalados por autoridades extranjeras. Puedes elegir tu favorito en el ranking de Estafa.info de los mejores casinos en línea. A continuación, nos metemos de lleno en las razones que están demorando la emisión de la ley de juego online en Chile.
El aparato de juego local vs. operadores extranjeros: dos miradas enfrentadas
Cada país ha determinado sus propias reglas con relación a la industria del juego online. Colombia, por ejemplo, designó a Coljuegos, la entidad supervisora que ha puesto especial foco en la promoción del juego responsable. Argentina ha optado por una legislación escindida, en donde cada provincia tiene la potestad de decidir legalizar, o no, el juego online.
Pero el escenario en Chile es más enrevesado. Antes de que asomaran las propuestas de los casinos online, ya existía en el país una rama de oferta de juegos de azar con fuerte protagonismo local: la Polla Chilena de Beneficencia es la más importante y pertenece a las arcas estatales. Al desembarcar, los operadores se toparon con un sector nacional que puso en discusión la actividad de estos gigantes extranjeros en el país.
Las voces de la Polla y los casinos de tierra
El proyecto de ley de juego online fue aprobado por la Cámara de Diputados en 2023, pero ha quedado varado en el Senado dejando a la materia en un limbo regulatorio. A pesar de que la concreción de la ley puede parecer un hecho esperable, la realidad es que, tanto la Polla como el empresariado de juego local, sienten la oleada amenazante de la presencia de empresas extranjeras en cuanto a competitividad en el mercado.
Se trata de firmas gigantes que, incluso aunque la ley entrara en vigor y se vieran en la obligación de tener que contribuir con el 20% de impuestos que les correspondería, no verían tambalear su capital. Hablamos de volúmenes de dinero que superan enormemente a los que manejan casinos físicos nacionales como Dreams y Enjoy, dejando por fuera a la Polla que pertenece al estado y destina parte de sus ingresos a instituciones de beneficencia.
La expansión de los casinos online extranjeros
La Polla aúna y alza las voces de los organismos nacionales de juego, aprovechando su presencia y representación política. Y opaca el escenario para que se formalice la actividad de los casinos online extranjeros por la vía de una ley. Por el momento, Betano, Coolbet y JugaBet lideran el mercado haciéndose un lugar en las pantallas de los usuarios chilenos. También, en las camisetas de los jugadores de fútbol a través de contratos de patrocinio. Está a la vista el capital con el que cuentan dichas empresas.
Sin embargo, la ausencia de un marco regulatorio complejiza el negocio de los casinos online y obstaculiza sus proyecciones en el país. Carlos Baeza, el representante legal de Betano, Betsson y Latamwin, ha expresado la importancia que tiene la ley para que el sector pueda operar de forma regulada y transparente. De todos modos, también dejó claro que espera que la ley sea precisa, incluso aunque esto traiga demoras al proceso.
Estado de situación
Mientras las partes debaten, el problema se profundiza y los efectos de tales demoras comienzan a emerger en la sociedad. La grieta legal allana el terreno para que proliferen las páginas de juego clandestinas que acarrean severos riesgos para los usuarios chilenos. La falta de regulación trasciende a los intereses cuando quienes están en peligro son los mismos consumidores.
En este sentido, es importante recordar que la ley de regulación no solo habilita la presencia de operadores extranjeros. También tiene en consideración aspectos de seguridad que son troncales para garantizar la protección de los jugadores. La ley de juego aparece en un contexto en el que se han presentado otros proyectos de ley para garantizar la protección de datos y resguardar a la sociedad de los riesgos que conlleva la digitalización.
Son muchos los países que se encuentran en el apuro de combatir el juego clandestino. De hecho, es una de las razones principales por las cuales se ha avanzado en su regulación en países como Colombia y Argentina. Este contexto regional nos permite inferir que, tarde o temprano, Chile dará luz verde a los casinos online. Las demoras no parecen alterar demasiado al empresariado que ya se ha insertado en el mercado chileno. Son los usuarios los más perjudicados por la falta de claridad legal.
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