El dicho de que siempre hay un chileno en diferentes partes del mundo se cumplió en el primer concierto de Oasis en Reino Unido. La reunión entre Liam y Noell Gallagher contó con la participación de Mario Aránguiz, chileno de 36 años que se declara como uno de los mayores fanáticos de la banda de britpop.
El chileno viajó cerca de 12 mil kilómetros para ver a la banda de su infancia. Además de contemplar de principio a fin el show más comentando del 2025, confesó que vivió momentos que nunca olvidará, entre ellos, una oferta que le hicieron en un bar.
La travesía para ver el show de regreso de Oasis
En conversación con Biobío el joven penquista reveló que la banda de los hermanos Gallagher lo acompañó desde su infancia. “No pasa un día que no escuche Oasis, que no toque Oasis en mi batería, me he visto todas las entrevistas, los DVD’s, todo. Mi cantidad de tiempo invertido en Oasis es una locura. Yo tenía 20 años cuando se separaron”, aseguró.
En el espacio dio a conocer que uno de los grandes sueños de su vida tenía que ver con asistir al concierto de regreso de la banda de britpop. “Y durante estos 16 años yo planeé qué hacer si alguna vez se reunían. Lo discutíamos con amigos, por si volvían en Manchester, pensábamos en que estaríamos estudiando o que habría que vender cosas. Y por suerte me pilló ahora en mi adultez, que tengo un buen trabajo y me permitió viajar”, explicó.

Y a la vez añadió: “Teníamos casi una red de contactos armada por el mundo para alertarnos si es que alguna vez se reunían para organizarnos con la compra de entradas (…) Me costó conseguir entrada para el primer show del 4 de julio, tuve que pagar un poco más pero lo logré”.
La inusual propuesta en un bar
De acuerdo a lo revelado por Mario Aránguiz, el concierto fue una experiencia completamente surreal. "Cuando estuve ahí y pasó, fue euforia, nostalgia… una mezcla de emociones. Sumado a escuchar todos estos himnos con los tipos a 10 metros de mí, fue muy surreal, era como un sueño. Fue una espera de 16 años que llegó a su fin", detalló.
Además de un show de ensueño, el chileno tendrá una historia para contar por el resto de su vida: “Un dato freak es que después del show me ofrecieron en un bar 200 lucas por la camiseta de Chile, porque a la gente le encantó”, confidenció el fanático penquista", comentó a Biobío.
Y complementó: “Él estaba borracho y cuando le dije que no, me mostró la billetera y me ofreció 300 libras esterlinas -unos 380 mil pesos chilenos- solamente para ponérsela y tomarse una foto. Pero algo generó esa camiseta, estaba cargada".
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