Quentin Tarantino es uno de esos directores que son considerados como una total inminencia en el mundo del cine.
Realmente su aporte a esta industria fue tan grande, que se hizo muy querido culteramente.
A decir verdad, su historial habla por sí solo, exponiendo lo que para muchos, resulta ser una carrera soñada.
"Bastardos sin gloria" y "Pulp Fiction" son un claro ejemplo del excelente trabajo que el cineasta cultivó.
Sobre esta última obra mencionada, no hay mucho más que decir que pues se considera sinceramente como una verdadera joya del cine.
No obstante, hay varios secretos detrás de la filmación y de cómo se fue ideando.
En esa línea hubo un actor cercano a Tarantino que fue responsable en cierta medida, que esta se viese tal cual se vio en el cine.
Una pieza clave en la obra de Quentin Tarantino
Obviamente suele pasar que de alguna manera, todo lo proyectado en la pantalla grande, haya tenido que pasar por un conjunto grande de decisiones, que terminan siendo vitales.
Respecto a ello, con Pulp Fiction pasó lo mismo, gracias a nada más y nada menos que Bruce Willis.
Según el medio de AS, esta estrella de Hollywood ya estaba en su apogeo cuando accedió a participar en la famosa cinta protagonizada por Travolta y Samuel L. Jackson.
Lo que sucedió al momento de entrar para este rostro fue que indirectamente ayudó mucho a Quentin Tarantino, para que se llevara todo a cabo perfectamente. Pues el actor habría cobrado mucho menos dinero del que le correspondía.
Esto lo habría decidido para ayudar al director con las finanzas y que todo saliera en orden. Incluso además de eso, Willis quiso aportar consiguiendo aún más fondos para que se lograse el objetivo.
Por último, la razón de solo tener a este rostro entre las apariciones de la película, les hizo recaudar mucho en taquilla, incluso antes de que saliera a la luz, ya se estimaba que serían varios millones de dólares los que se recaudarían solo por tenerlo.
Sin dudas fue todo un héroe para lo que se considera como una de las películas más icónicas de la historia.
