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El Diario De Sir Francis - Día 6 y final

El final de este emocionante y vibrante viaje a Glastonbury 2014

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Termino en el mismo sitio en donde empezó todo, la vida tiene forma circular en Castle Cary. Para muchos los que hacen fila conmigo en este momento para tomar el tren de las 9:43 am de este lunes 30 de junio, esto es solo el comienzo de la temporada de festivales. Vienen aun Reading y Leeds, T-In The Park, Kendal Calling... Tal como me dijo un viejo músico británico el otro día, para las generaciones mayores el verano era irse en familia a la playa; en cambio hoy los más jóvenes la arena, el sol y el mar fueron cambiados por el lodo, la lluvia y la música en vivo. Una nueva manera de descansar del resto del año.

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La última jornada de Glasto para mi comenzó con una visita al The Other Stage, que era originalmente mi segunda opción. Tenía muchas ganas de ver a la legendaria Dolly Parton en el Pyramid, pero quede a medio camino cuando me di cuenta que eran las mismas ganas de otras varias decenas de miles más por ver  a la diva del country. Así que se hizo prácticamente inviable intentar siquiera asomarse por esa explanada ya que el acceso era imposible o una pérdida de tiempo.

Segunda opción? The Horrors. Y para mi sorpresa Dolly Parton les había robado el publico! Los flacos de Londres comenzaban a tocar para una escuálida multitud de no más de 2 mil personas en un espacio que da para unos 50 mil. Por lo tanto transitar de lado a lado por delante del escenario no era tarea difícil. En todo caso se percibía una onda especial con ese impecable show de The Horrors. Era extrañamente íntimo a pesar de estar en un lugar abierto. Elegante y sonando impecable. Quizás los músicos estaban conscientes de que pudo haber habido una mayor convocatoria pero eso no resto la entrega.

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Tras el horror de la falta de público, me dirijo a comprar algo de merch oficial del Festival, una buena cantidad que me suma algo de peso que preferí ir a dejar a mi carpa que no estaba tan lejos.

Luego continúo mi plan de ataque al pie de la letra para ahorrar tiempo y aprovechar al máximo las últimas horas de festival. Voy a ver a una banda llamada Bleachers en el John Peel Stage y para mi sorpresa me encuentro con otro sabotaje de Dolly Parton. También les había robado público! El John Peel Stage acostumbra a estar lleno siempre, siempre. Es casi una tradición. Y de tradición a traición. Solo los mas hardcore fans (unos 60) están pisando el barro de la carpa.

Mi siguiente paso será largo y es poder llegar a la Ribbon Tower, ese mirador de la parte alta de la granja Worthy en el área The Park. A esa hora Yoko Ono y la Plastic Ono Band debería estar terminando pero no alcanzo a llegar, el barro y el transito lento creo que me dejarían para el show de la banda siguiente en ese escenario: St Vincent.

En el camino me encuentro con un sitio re-localizado llamado Arcadia, esa araña de 4 patas con dj’s en su poto gordo y caparazón metálica lanzafuegos. Una monstruosidad que recibe a sus devotos ravers, los que le dan el verdadero color a este festival, dignos herederos de Hacienda y del acid house. Este canto se eleva desde un barrial.

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Estoy a pocos metros ya de The Park con Yoko Ono bajándose para dar paso a St Vincent. Mucha gente volviendo y obstaculizando el paso, algo normal en las arterias de este monstruo de 200 cabezas que hay cambios de bandas en los escenarios. La misión ahora es poder subir a la Ribbon Tower que se ve cada vez más cerca y cada vez más pequeña. Estoy a metros, sería una tontera no hacerlo. Desde allí se pueden hacer bonitas fotos del Glastonbury y aun tenemos luz natural. Un poco más de media hora de fila y ya estoy en la cima del mirador. Una sola vez había estado aquí antes y justo abajo estaban tocando los Pulp como “special guests” en el The Park Stage. Eso fue en el 2011. Ahora es el turno de St Vincent, una tarde-noche de domingo de 2014. A la vocalista no la logro ubicar desde la altura y eso que estoy a 200 metros, diviso a toda la banda menos a ella, hasta que de pronto los de seguridad del escenario la ayudan a salir de la multitud y a recuperar su guitarra. Son cerca de 2 mil personas que están muy prendidas y con la banda sonando muy ajustada. Con esto derriban una teoría que tenia sobre algunas bandas nuevas como esta a las cuales en vivo no les tenía mucha fe porque sentía que no tenían un carácter de banda. Puedo decir que St Vincent me mando a comprar su disco una vez que yo vuelva a la civilización. Igual fue rara la sensación de disfrutar su show a mas de 30 metros de altura.

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Miro el reloj y creo que ya es hora de volver. Massive Attack y Kasabian desenfundan su poderío a la distancia y no quiero perdérmelos. Con más esperanzas reales de ver a los de Bristol antes que a los de Leicester ya que los primeros están camino al Pyramid. Pizzorno y compañía tocan un rato más tarde pero un poco más lejos.

Llego al baño triphop y por fin siento que podre disfrutar de una banda en todo el fin de semana, ya que quería verlos y no estoy metido en medio de la multitud. Aunque hay mas de 20 mil personas en Massive Sttack pero yo estoy algo lejos del gentío, junto a un paso peatonal justo frente al escenario. Me olvido del frio por algunos minutos, lo que duran sus 3 primeros tracks.

Ahora me largo, es mi ultima opción para ver a Kasabian. Igual me da lata pensar en el mar de gente que me impedirá verlos de cerca. Ya me paso con Stevie Wonder en el 2010 y Coldplay en el 2011. El punto más cercano que encuentro es como mirar el arco desde el banderín del córner.

 El Pyramid ha estado prohibido para mi hoy, ya me negó a Dolly Parton temprano y creo que el line-up completo que más tarde incluyo a Ed Sheeran, The Black Keys y Kasabian era el plato más fuerte del dia. Ya había constatado en carne propia algo similar el día anterior pero desde el otro lado de la reja. La proeza de pararse 8 horas en primera fila en una multitud de unas 65 mil personas para ver tocar a Robert Plant, Jack White, Metallica y además haber tenido que soportar un letargo llamado Lana del Rey, era algo que me estaba pasando la cuenta. Y Glasto siempre te pasa la cuenta. Enjoy! All You Can Eat! Pero el esfuerzo físico del exigente suelo campestre además de la extenuante labor de hacer radio en terreno al final del cuarto dia ya me tiene con movilidad reducida. Glasto siempre gana. Pero uno a su vez también sabe sacar provecho, lo que ves, lo que aprendes, lo que conoces y experimentas. Eso queda grabado para siempre. Y el hecho de poder compartir todo ese viaje al centro del literalmente enlodado universo musical con todos ustedes es la recompensa más valiosa que uno puede recibir.

 Chao Glastonbury, nos vemos.

Cambio y fuera

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