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Mysteryland en dos versiones

Bambi y un infiltrado estuvieron en el festival de Picarquín. Por Bambi y Ernesto Guevara Cuando a uno le dicen Mysteryland piensa en un festival de música electrónica lleno de zorrones y hormonas desbaratadas. Bueno, es así un poco, pero este fin de semana descubrimos que es mucho más que eso. Bambi y su amigo

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Bambi y un infiltrado estuvieron en el festival de Picarquín.

Por Bambi y Ernesto Guevara

Cuando a uno le dicen Mysteryland piensa en un festival de música electrónica lleno de zorrones y hormonas desbaratadas. Bueno, es así un poco, pero este fin de semana descubrimos que es mucho más que eso. Bambi y su amigo periodista, Ernesto Guevara, te lo cuentan. Ella es una fanática de la electrónica y él no la odia, pero tampoco la ama. Acá dos visiones de un festival que dejó nuestros corazones llenos de fiesta.

Escenario favorito

Bambi: Los mejor de Mysteryland es la variedad de escenarios. Por eso es muy difícil escoger uno favorito, sin embargo, el que más me hizo bailar fue el Q Dance, porque estaban los mejores DJs y era un león gigante que tiraba fuegos artificiales. Sí, tenía pirotecnia y los pincha discos tocaban desde la boca del felino. Como bonus track tengo que recomendar El Grillar, que era el escenario de cumbia, porque entre tanto punchi punchi fue un agrado mover un rato las caderas.

Ernesto: No bailé como loco ni tampoco me dejé de llevar como los miles que estaban al lado mio. Pero con el Q Dance stage al frente, era imposible no impactarse. Fuegos artificiales, luces de todos colores y tipos, sumado al perfecto sonido desde donde el dubstep y el hardstyle no paraban, hicieron de este escenario el favorito de muchos de los que estuvimos en Misteryland. Mención especial para Club Fauna: una carpa pequeña, con poca gente, pero de lo mejor para bailar.

Estilos musicales

Bambi: Ustedes saben que yo amo la electrónica. Skrillex, Calvin Harris, dubstep perro zorrón, pero también necesito bailar otro tipo de ritmos y Mysteryland me lo dio todo. Desde un escenario de hip-hop con máquina de burbujas hasta el Doll Music donde vi a Astro (qué obviamente amé) y me volví loca con Alvarito España y The Clash (sí, a veces también me gusta el rock).

Ernesto: Misteryland tiene de todo. Y eso es un tapabocas para los que piensan que esta fiesta es sólo electrónica. Desde cumbia villera hasta los hits más rockabilly – aparte de lo obviamente electrónico- se escuchaban entre escenarios. Era como ir siempre a un carrete distinto.

El público

Bambi: Todos eran lindos. En este festival la gente anda tan feliz, que puedes hacer amigos en los prados. Todo es comunidad, hippismo y buena ondi. Igual que la variedad musical, hay variedad de estilos y edades. La gente va a pasarlo bien y se nota.

Ernesto: Eran una explosión de felicidad. Y aunque en algún momento Bambi pensó que estaba presenciando una invasión de zombies, no fue tal. La gente bailaba en todos lados y cada uno hacía lo que quería.

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Camping

Bambi: El lugar es espacioso y te da la posibilidad de acampar de forma agradable. Sin embargo, parece que en Chile amamos eso de estar pegados los unos a los otros y había sectores donde no se podía caminar sin pisar las otras carpas. Por eso, como se confirmó una versión para el próximo año, yo le recomiendo que busque bien el lugar y aproveche el espacio.

Ernesto: Como en todas las grandes aglomeraciones de gente, había de todo. Desde lugares que parecían tomas a otros algo así como los suburbios. Los baños estaban un poco sucios, pero se entiende. Nadie esperaba pulcritud en un festival para 20.000 personas. Faltaron puntos verdes para recolección y reciclaje de basura y quizás más duchas al aire libre. Las filas eran interminables a algunas horas de la mañana.

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Organización

Bambi: Nada malo que decir. A diferencia de otros festivales, en Mysteryland estaban preparados para recibir a las 20 mil personas que estuvimos pasándolo bien. No habían muchas colas, nunca se acabó el copete o la comida y la seguridad siempre estuvo presente. Los únicos accidentados fueron aquellos se durmieron en la pista de baile por pasarlo tan bien.

Ernesto: Todo funcionó correcto. Si bien lo que más faltaba eran basureros – había vasos, botellas y demases por todos lados- se notó que cada cierto rato había gente dedicada a mantener el orden. La salida, siempre un caos en todos los eventos masivos, fue extrañamente expedita. Y eso que este esforzado equipo se retiró a la hora peak.

Tips para la próxima versión

Bambi: A pesar de que todo estuvo excelente, faltaron puntos de descanso a la sombra. El calor nos consumió a todos en las carpas y habría sido perfecto si hubiesen puesto lugares para protegerse del sol en los sectores de camping. Eso sería todo.

Ernesto: Mayor preocupación por la recolección de basura, tanto en el sector de camping así como dentro del festival, y puntos de acceso más amplios. Este festival lo tiene todo y funciona. Pasarlo mal es una tarea realmente dura.

 


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