RESEÑA: Taylor Swift casi no cumple sus propias expectativas en The Tortured Poets Department

En un álbum confesional y personal, Taylor Swift se muestra más sincera que nunca, pero la música deja que desear.

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Desde hace varios años ya que el lanzamiento de un álbum de Taylor Swift es un evento mundial, y The Tortured Poets Department no es una excepción.

La misma Taylor se encargó de que ese sea el caso. Con un anuncio en los Premios Grammy, pistas y acertijos y la decisión de no lanzar un sencillo; ella avivó las llamas del misterio y especulación.

Un disco de la artista más grande del mundo en la actualidad, con tantas expectativas detrás, es una receta para una decepción, y Taylor Swift por poco cae en esa trampa.

The Tortured Poets Department: Un disco que deja que desear

Tal como estaba planeado, The Tortured Poets Department se publicó a la medianoche, y las Swifties ya lo sabían: Este iba a ser un álbum de ruptura, como nunca antes había hecho Taylor Swift.

Y es que era casi inevitable, TTPD es el primer álbum escrito después del quiebre de su relación más pública de 6 años con el actor Joe Alwyn. Y también luego de su fugaz pero incendiario y polémico periodo con Matty Healy de The 1975.

Ambos exes están muy presentes en el álbum. Las letras están hechas como a las Swifties les encantan. Explícitas y llenas de detalles, pero con suficiente misterio para generar especulación del tipo "¿está canción será sobre Joe, Matty o una mezcla de ambos?".

Aunque hay varias letras cuestionables de Taylor Swift que las redes sociales rápidamente ridiculizaron. "Fumaste y luego comiste siete barras de chocolate. / Declaramos que Charlie Puth debería ser un artista más grande" fue una línea que recibió risas del público en redes sociales. Pero para nada la única.

Sin embargo estas son excepciones, en general, las letras son el mejor aspecto del álbum. En su mayoría, los detalles logran crear un relato que te involucra en la historia y resuena con las decepciones amorosas más adultas, a diferencia de sus discos más antiguos y adolescentes. El problema es más de la música.

La mayoría del disco, como otros anteriores, sufre de monotonía sonora. La instrumentación muy similar canción tras canción puede cansar cuando se escucha de corrido.

A pesar de eso, hay canciones que brillan en cuanto a sonido, como "So Long, London", que es más tenue en cuanto a sonido. O la intimidad que genera "loml" con su piano y voz menos procesada.

Y los momentos más sintetizados logran funcionar en puntos como los contrastes entre los golpes de "Florida!!!". O la ironía de "I Can Do It With a Broken Heart", una letra llena de autodesprecio sobre tener que actuar frente a las cámaras a pesar de la depresión. Esto junto a una pista llena de sintetizadores y brillo mientras ella canta entre risas "Estoy miserable ¡y nadie lo sabe!", da un contraste que dice más de lo que solo logran las letras.

Sin embargo, en general, la producción de Jack Antonoff, quien produjo la mayoría de los temas, cansa y envejece rápidamente. Su estilo brilla más cuando es en disco pop ansioso de hits radiales como 1989, Reputation e incluso Midnights. Sin embargo, The Tortured Poets Department es un álbum personal y confesional que ruega por una producción íntima y minimalista, no el sonido lleno de sintetizadores y reverberaciones estilo muralla de sonido que favorece el líder de Bleachers.

Y es que, por el tema que trata el disco y cómo están escritas las letras, este es un disco que no tiene muchos hits radiales, ni ambiciones de sonar en discos.

La salvación de las 2 AM

Si el disco fuera solo eso, sería un punto más opaco que brillante en la discografía de Taylor Swift. Sin embargo, dos horas después del lanzamiento llegó la sorpresa. The Tortured Poets Department es un disco doble, aparentemente.

Sin embargo esto no es solo una versión con más canciones. A diferencia del "primer disco" (o versión estándar), esta está mayoritariamente producida por Aaron Dessner, con solo unas pocas colaboraciones de Antonoff.

El resultado es un cambio de 180°. El músico de The National se acerca más en cuanto a sonido a lo que hizo con Swift en folklore (2020) y evermore (2020). Un sonido cercano al indie, con pocos sintetizadores, y más guitarras acústicas y pianos. Las voces también cuentan con menos procesamiento, y suena más cercanas lo que hace que la letra destaque más.

El minimalismo sonoro realmente era lo que necesitaba TTPD. La dupla de Jack Antonoff-Taylor Swift, parece haber llegado a su límite creativamente. Mientras que su asociación con Aaron Dessner parece mucho más prometedora y con más potencial.

La versión definitiva de este disco es The Anthology, y más el segundo álbum. Ahí realmente brilla lo que Taylor entrega en The Tortured Poets Department.


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