Este sábado Katy Perry trajo su gira The Lifetimes Tour a Chile, gira que acompaña a su más reciente disco de estudio ‘143’, en el Estadio Bicentenario de La Florida.
En un ambicioso show de más de dos horas, la cantante propuso un ambicioso show conceptual con elementos interactivos, participación de fans y una narrativa que tiene resultados mixtos, pero que no deja de ser un espectáculo en mayúsculas y de primer nivel.
El conceptual show de Katy Perry en Chile
El concierto empezó 15 minutos tarde, en los que sin embargo, el público se entretuvo haciendo la ola e interactuando con las cámaras que los mostraban en las múltiples pantallas que formaban el set.
Antes de salir al escenario, un video muestra el concepto que enmarca este show. Se trata de un videojuego en el que KP143 (Katy Perry) debe conquistar distintos mundos para destruir a la malvada inteligencia artificial del “Mainframe”.
A lo largo del show, varios elementos de escenografía e iluminación cambian en torno a estos mundos que se exploran. Y las gráficas de las pantallas a veces se sustentan en esta estética.
Las secciones narrativas de su show estaban en inglés y sin subtítulos, lo que hace que se pierdan en un porcentaje importante del público. Además suelen extenderse por entre dos a cinco minutos.
Así, cada ciertos minutos, el show para y se muestra un video que avanza la aventura. Sin embargo a veces se siente como que esta narrativa interrumpe mucho el flujo.
Por ejemplo, el segundo bloque, WOMAN'S WORLD, está lleno de hits uno tras otro (aunque algunas canciones cortadas, lamentablemente). California Gurls, Teenage Dream, Hot N' Cold y I Kissed a Girl, una tras otra. Pero cuando todo iba para arriba, aparece un video siguiendo con el relato superficial de que Katy debe seguir coleccionando latidos.
Más allá de la ironía de una historia sobre combatir una IA con imágenes generadas por computadora y, sí, por Inteligencia Artificial, la historia no tiene mucho sustento. De hecho el final de la trama es que este algoritmo no era maligno, sino que se dejó corromper, pero termina siendo destruido por Katy Perry de todos modos.
Katy Perry no necesita un concierto con un concepto complejo y una moraleja, tanto en sus discos como en sus shows en vivo. Lo que su público fue a ver, y lo que ella hace mejor es ser entretenida, y cercana a su público.
El cariño con la fanaticada
De hecho el corazón del concierto no está en el mensaje, sino en el espectáculo y la cercanía a sus KatyCats.
Ejemplo claro de esto es el momento en que subió a dos fans al escenario (uno de ellos de 14 años), interactuó con los emocionados muchachos, y cantó junto a ellos.
O también el momento anterior en que puso un código QR para que los fans eligieran qué canción del disco Smile querían escuchar. A pesar de que el limitado acceso a internet en el estadio hizo difícil que muchos participaran.
Sus discursos de amor propio y humor millenial es todo el complemento que necesita su música. Además de la pirotecnia y luces que complementaron excelentemente el show.
Los conceptos elevados sobran en un concierto así, considerando la gran batería de hits y canciones bailables que Katy Perry desencadenó en el Estadio Bicentenario de La Florida.