Hace unos días, el Boletín de Científicos Atómicos de la Universidad de Chicago, Estados Unidos, dio a conocer la hora en la que se encuentra el llamado Reloj del fin del Mundo o Reloj del Apocalipsis (Doomsday Clock).
Es una analogía que intenta mostrar cuánto tiempo falta antes de aquel fatídico día, siendo la medianoche el punto en que la humanidad esté más cerca de una catástrofe global. Así, este 2024 el reloj quedó por segundo año consecutivo a 90 segundos de aquel momento.
Ello, motivado por el aumento de temperaturas a nivel global, eventos de carácter natural con consecuencias para los seres humanos (como incendios o terremotos) y, cómo no, la posibilidad de un conflicto nuclear.
Dicha situación no solo afectaría a las localidades bombardeadas. También causaría daño en todo el mundo, generando una hambruna a tal nivel que podría exterminar a buena parte de la humanidad.
Pero ¿qué pasaría si existiera un alimento que pudiese mitigar esta crisis alimentaria mientras el planeta se recupera? Unos científicos parecen haber dado con la respuesta.
El alimento que podría ayudar después de una guerra nuclear
Una guerra de este tipo desataría un enfriamiento global. Ello, debido a que las nubes de humo y ceniza que queden suspendidas en el cielo impedirán el paso de la luz solar. Este fenómeno se conoce como "invierno nuclear", y con ello, se generaría una catástrofe en términos de la agricultura y todos los elementos que constituyen la cadena trófica.
Así, no solo habría una escasez importante de frutas y verduras, sino también de la carne de animales que se alimentan con ellas. Por tal razón, la crisis alimentaria podría poner en jaque a gran parte de la población humana.
Para ayudar a mitigar esta situación mientras el planeta se recupera, unos científicos dieron con un alimento que podría salvar millones de vidas: las algas marinas.
Dentro de 9 a 14 meses después de la guerra, se podían cultivar grandes cantidades de algas. En el estudio, publicado en Advancing Earth and Space Sciences, se señala que este alimento es ideal puesto que puede cultivarse y crecer rápido en diversas condiciones.
En la simulación realizada, se halló que las algas podrían proveer el equivalente al 45% de la comida que se consume en el mundo. Por otro lado, la investigación señala que el crecimiento de las algas marinas es mayor después de una guerra nuclear. Esto se debe a que el número de nutrientes en el océano es mayor, favoreciendo su desarrollo.
De esta forma, el desafío que se plantea es la construcción rápida de granjas de algas. Con ello, se podría hacer frente a una guerra nuclear que traga consigo una crisis alimentaria de proporciones.
