Fede Moura: “Federico era distinto, entraba a un lugar y todos se daban vuelta para mirarlo”
El apellido Moura es sinónimo de elegancia, magnetismo y revolución estética en la historia del rock argentino. Federico Moura, líder de Virus, marcó los años 80 con una mezcla de vanguardia y sensualidad que cambió la forma de entender el pop en español. Hoy, su legado sigue vivo en la voz de su sobrino Fede Moura, quien llega a Chile con su espectáculo Fede Moura tributo a Virus, con dos fechas
7 de noviembre, Teatro Marina del Sol (Talcahuano)
8 de noviembre, Gran Arena Monticello (Venta de entradas en Ticketmaster)
Conversamos con Fede sobre la huella de su tío, la historia detrás de Virus y la emoción de volver a tocar en escenarios chilenos.
“Federico era fantástico, me deslumbraba”
—Fede, partamos por lo personal: cuál fue tu vínculo con Federico Moura y qué recuerdos guardas de él.
—Federico era mi tío por parte de mi papá. Crecí viéndolo junto a mis otros tíos, Julio y Marcelo, los fundadores de Virus. Lo viví de chico, tenía 15 años cuando empecé a moverme solo desde La Plata a Buenos Aires para visitarlos. Iba a ensayos, a shows… veía cómo nacían las canciones que después se volvían hits. Yo siempre digo que son mis tíos, pero también mis ídolos. Para mí eran un ejemplo a seguir. Federico era fantástico, me deslumbraba. Tenía un carisma que no necesitaba palabras. Se movía en el escenario como si flotara, era pura elegancia y energía.
—Tenía un estilo que trascendía la música.
—Totalmente. Federico era un gran esteta. Tenía su local de ropa, Limbo, y una presencia que lo hacía distinto. Entraba a una reunión y todos se daban vuelta para mirarlo. Tenía algo que te atraía, una luz especial.
“Llevamos a escena dos horas de clásicos de Virus”
—Tu próximo show en Chile revive justamente ese legado. ¿En qué consiste este tributo a Virus?
—Estamos presentando Fede Moura tributo a Virus, un espectáculo donde repasamos los grandes clásicos y también algunos lados B que los fans aman. Es un show de casi dos horas, con temas que todos hemos escuchado alguna vez. Tocamos en vivo esas canciones que te hacen viajar en el tiempo. Este proyecto nació después de haber tocado con Viralizados, junto a Mario Serra, baterista original de Virus. Con esa banda vinimos varias veces a Chile —al Arena Monticello, al Caupolicán, a Club Amanda—, y me encanta la conexión con el público chileno. Es muy emocionante.
“Virus fue una revolución estética”
—Virus marcó un antes y un después en la música en español. ¿Cómo recuerdas ese quiebre?
—Fue una revolución total. Hasta ese momento, el rock nacional era más acústico, más gris. Y de repente aparece Virus, con sintetizadores, colores, velocidad y una estética new wave que nadie había visto. En el festival Prima Rock, por ejemplo, subieron todos con el pelo corto y ropa ajustada, mientras el resto usaba melenas y pantalones Oxford. Fue un quiebre absoluto. Después vino Relax, Locura… y ahí explotó todo. Locura es, para mí, la obra maestra. En Chile, por ejemplo, siempre que tocamos incluimos casi todo ese disco, porque allá fue uno de los más escuchados.
“Federico fue un gran luchador”
—¿Cómo vivieron en la familia la enfermedad y el final de Federico?
—Yo era muy chico, tenía 17 años, y me enteré casi al final. Mis tíos cuidaron mucho su intimidad, porque él era una persona muy pública. En esa época no se sabía casi nada del SIDA. Los médicos incluso evitaban darle la mano, había mucho miedo. Tuve la suerte —o la casualidad— de ver su último show, en el Teatro Fénix de Flores. No me di cuenta de que era el último. Lo vi más delgado, pero con la misma energía de siempre. Después supe que en ese concierto ya estaba muy enfermo. Fue un gran luchador, cantó hasta el final.
“Sin disfraz” e “Imágenes paganas”, las favoritas
—¿Qué canciones de Virus son las que más te representan?
—Sin disfraz es una de mis favoritas. Habla de lo que fue Federico, con ese “destape encubierto” que tenía su arte. También me gusta Me fascina la parrilla, del disco Recrudece, porque tiene ese humor porteño y ese doble sentido tan de Virus. Y claro, Imágenes paganas es, para mí, el mejor tema del rock en castellano. Siempre que la toco en vivo digo eso, antes de empezarla, porque lo siento así.