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Acompáñame a ver esta triste historia: El show de cambiarse de Isapre

Quizás es un trámite poco común, pero a la hora de tener que analizar todas las opciones que ofrece “el mercado”, la cosa se complica y te cae aún más la teja de lo complejo y abusivo del sistema de salud… Más si eres mujer.

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¿Por qué darse la lata de cambiarse de Isapre? Toda esta historia comienza con el “problemita” de Masvida - Nueva Masvida (Ex Óptima).

Si bien el corralito terminó hace tiempo, la cosa no se ve con muy buena cara: de acuerdo a un reportaje de 24 Horas, la deuda con sus afiliados y prestadores supera los $100.000 millones, monto que sería superior al dinero retenido por la Superintendencia.

Luego de ese gratificante dato, no quedó otra que empezar a buscar casa nueva, y si bien muchos me dijeron que me pasara a Fonasa (70% de la población está afiliada a este sistema), preferí seguir siendo parte de los 1.892.913 cotizantes de Isapres abiertas de acuerdo a las cifras de mayo 2017 que entrega la Superintendencia de Salud (¿sabe cuántos son partes de las Isapres cerradas? 1.935.354 cotizantes).

Bueno, entonces ¿qué hacer? Salir a preguntar, una por una, y acá es donde viene la parte más triste: ser mujer, de 27 años, soltera (sí, leyó bien lo último). El show de estar en edad fértil y que tenemos al menos ahora la “fortuna” de que el embarazo no sea preexistencia llega de verdad a sólo amargarte la existencia.

Pero acá viene la parte fea: Entender por qué Masvida se fue a la quiebra… Algo obvio, sus precios eran muy bajos en comparación al resto.

  • Pagaba 2,59 UF cada mes.
  • Tenía oferta preferente en una clínica de Providencia con el 100% de cobertura y sin tope en prestaciones hospitalarias y cirugía mayor, incluyendo medicamentos (*algo que fue, lamentablemente, comprobado hace un año).
  • 100% de bonificación en libre elección con ciertos topes y en consultas ambulatorias 70% sin tope en mi clínica de preferencia dentro del plan y centros asociados.

Eso como para hacer un panorama relativamente simple… Si quería lo mismo, el valor de los planes se iba al CIELO:

  • En Banmédica me cobraban al menos 5 UF por un plan que ni siquiera cubría el 100% de las prestaciones en ninguno de los casos y que no era reducida en atención de parto, de lo contrario el costo bajaba absolutamente nada.
  • ¿Cruz Blanca? Por un plan preferente en la misma clínica donde me encontraba, con 90% de cobertura sin tope y reducida en atención de parto, 3,6 UF.
  • ¿Consalud? Oferta preferente 70% cobertura sin tope en ciertas clínicas, 50% de cobertura preferente en la misma clínica donde estaba y también con cobertura reducida de maternidad, un precio similar.
  • ¿Colmena? Acá era interesante. Estaba interesada en una clínica en particular que tenía reducción de costos de parto pero ¿si quedaba embarazada y quería seguir ahí? No podía porque sólo tenían con “planes compensados o familiares (donde haya un hombre)” -eso es textual de un mail. “Para mujer sola con parto hay en B, C y libre elección”, seguía la conversación. Sin embargo, eran los que ofrecían un plan más bajo y con oferta preferente a 2,56 UF (eso sí, la cobertura es sólo de un 90% y algunos topes iguales a los de libre elección en algunos casos).

Podría seguir acá dando la lata del costo de los kinesiólogos, exámenes, servicios de urgencia, cobertura de especialistas, servicios especiales (como odontología), pero para qué, si lo importante es la forma del cobro y lo que significa cada punto importante a la hora de leer uno de estos jeroglíficos que te entregan las Isapres.

Como bien lo saben, hay una famosa tabla de fijación de precios de suscripción que varía en TODAS ellas, que de acuerdo a tu edad y sexo se multiplica por un factor, ejemplo:

GRUPOS DE EDAD

COTIZANTE MASCULINO

COTIZANTE FEMENINO

25 a menos de 30

0.85

1.50 *plan reducido en parto

**Dato freak - no tan freak: Si ese cotizante tiene un hijo entre 10 y 15 años (factor 0.60), paga MENOS que una mujer entre 25 y 30 años que ni siquiera tiene considerado tener hijos, y así, podemos seguir con un análisis que en verdad llega a dar tuto pensarlo de lo denso que es todo.

Pero bueno. Finalmente ya elegí la opción y sólo resta decir que este es un trámite para hacer con tiempo, que donde vaya a preguntar le van a ir con la frase “yo llevo más de 15 años trabajando aquí”, o les van a enredar todo tratando incluso de meterles un seguro de vida APARTE DE PAGAR LA ISAPRE. Pero algo muy importante son dos conceptos fundamentales para considerar:

  • Oferta preferente: En este caso tú optas por una clínica en particular para atenderte y los costos van a ser preferenciales. Sin embargo, hay un par de costos que igual serán cobrados a precio de “libre elección”.
  • Libre elección: Acá tu puedes elegir cualquiera de las clínicas que te da de opciones la Isapre donde consultas, PERO todos los costos tienen un tope, la mayoría por debajo de lo que sale un día cama durante una hospitalización, por dar un ejemplo; en algunos casos puede que se salga a favor.

Cerremos esto por fuera y no volvamos a abrir la puerta por un rato (ni siquiera hablamos de prima GES ni nada que le pudiera dar más show a todo esto)… Ah y bueno, como guinda de la torta, las Isapres cerraron el primer semestre de 2017 con alza del 101% en utilidades respecto al año anterior, que alcanzaron los $43.000 millones. Una cifra que excluye a Masvida porque aún está intervenida por la Superintendencia de Salud.


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